BRUNO SACCO, EL ITALIANO QUE DISEÑABA LOS MERCEDES-BENZ PARA QUE DURARAN 30 AÑOS
No hay ninguna duda que Mercedes-Benz es el fabricante de automóviles más antiguo del planeta y uno de los más prestigiosos. A lo largo de la historia los modelos de la marca de la estrella se han caracterizado por una atención al detalle rara vez igualada en la industria, una calidad de construcción sobresaliente y diseños que mantienen la elegancia a través de las décadas. Dentro de esa filosofía se destaca el trabajo realizado por Bruno Sacco en el departamento de diseño durante 41 años y de su lápiz magistral han salido algunos de los modelos más emblemáticos de la marca.
Bruno Sacco nació en Udine, Italia, el 12 de noviembre de 1933 y descubrió su gran pasión cuando asistió al Salón de Turín de 1951, allí quedó perplejo con las líneas del Studebaker Commander y desde entonces apuntó su propósito profesional por el diseño automotriz. Si bien se graduó de ingeniero en la universidad politécnica de Turín ese mismo año, consiguió hacer algunos trabajos para el carrocero Ghia en 1955 y para Pininfarina en 1957 hasta que se trasladó a Alemania en 1958 para incorporarse al staff de Mercedes-Benz con la idea de sumar experiencia para luego retornar a su país natal, aunque finalmente el buen manejo del idioma alemán heredado de su madre austríaca y el hecho de contraer matrimonio con la germana Annemarie Ibe con quien tuvo a su hija Marina fueron claves para consolidar su relación con la marca de la estrella.
Si bien Sacco se desempeñó en varios proyectos, en esa primera etapa es de destacar el proyecto del Mercedes C111 del cual fue director, como así también del prototipo previo llamado SLX, un deportivo con motor central y líneas muy sensuales. La gama del C111 se compuso por una serie de 4 prototipos donde marca ensayó todo tipo de tecnologías donde brillaba por una aerodinámica muy optimizada (los primeros prototipos tenían un Cx=0,19) en la que luego fueron incorporando impresionantes alerones, todo ello utilizando mecánicas Wankel – ver también – y Diesel de altas prestaciones con las que llegaron a superar los 400Km/h – Ver nota –
En el año 1970 Bruno Sacco es ascendido como jefe de diseño de carrocerías y en 1975 pasa a liderar el departamento de estilo de la marca en Sinderlfinger. Desde ese lugar apostó por un enfoque contrario a la industria que usualmente trataba de adelantarse al futuro con los diseños, una filosofía que desde su punto de vista provocaba una obsolescencia programada de los productos, en su lugar prefirió estudiar la historia de la marca sin fijarse en las modas de turno. Su argumento era que los diseñadores preveían que la vida comercial de un automóvil era de unos 5 años, mientras que él consideraba que la vida útil de un Mercedes-Benz se extendía otros 20 años luego de cesar la producción, por lo cual los autos debían ser diseñados para durar 30 años.
Su estilo de diseño de basó en dos pilares fundamentales, la “afinidad horizontal” que consistía en mantener rasgos de estilo entre los modelos de diferentes segmentos para tener un portafolio de productos homogéneo y fácilmente reconocibles. Mientras que el otro punto era la “afinidad vertical”, siendo un requisito muy importante para un fabricante tradicional como Mercedes-Benz. En este caso se buscaba mantener una continuidad en los diseños para evitar que los antecesores queden obsoletos, de esa forma se garantizaba una apariencia más atemporal y les daba la posibilidad a los modelos más viejos de convertirse en clásicos. Sacco también abogaba por las formas simples y bien proporcionadas, evitando caer en la ornamentación excesiva y en las extravagancias. Tampoco estaba de acuerdo con seguir tendencias ya que consideraba que eso provocaba un efecto temporal que pasaba de moda rápidamente y nunca debería ser utilizada en una marca como Mercedes-Benz. Todos estos conceptos fueron resumidos en tres simples puntos:
Un Mercedes-Benz siempre debe verse como un Mercedes-Benz.
Para los clientes debe simbolizar los valores que se esperan de la marca.
El diseño debe expresar la máxima innovación sin renunciar a la tradición de la empresa.
Los aportes de Bruno Sacco en la marca de la estrella fueron muy importantes, en su primera etapa además del mencionado C111 – ver también – también participó muy activamente en los legendarios SL “Pagoda” (W113) y en el indestructible Clase E W123, el modelo más exitoso de la historia de la compañía y considerado por muchos expertos como el automóvil más confiable y duradero de la historia.
Cuando pasó a ser el jefe de estilo se dedicó a estudiar los fundamentos de estilo de los modelos más icónicos de la marca para dar forma a lo que él denominó como “filosofía de diseño de Mercedes-Benz”. El primer modelo hecho bajo su dirección fue el Clase S W126, que a su vez fue el primer modelo de la marca en incorporar airbag y ABS. Posteriormente llegaría el trabajo más importante de su carrera: el 190 W201 de 1982, también conocido como “Baby Benz“. Se trataba de un producto que buscaba capturar un nuevo mercado y acercar clientes provenientes de otras automotrices. El diseño debía ser audaz, pero sin perder la tradición, manejando cuidadosamente la elegancia y las proporciones con la clásica forma de cuña de los ´80s donde se prestó mucha atención al remate posterior haciendo mucho énfasis en la costura de la ventana trasera, mientras que los posteriores sucesores se centrarían en una clientela ya establecida pudiendo tener diseños más conservadores y continuistas.
Otro gran modelo concebido por Sacco fue el Clase E W124 que tuvo la dificilísima tarea de reemplazar al exitoso W123. En este automóvil se volcaron algunos recursos utilizados en el 190 W201 pero se innovó usando unas luces traseras de forma triangular y la tapa de baúl con corte diagonal, las proporciones eran exquisitas definiendo un estilo limpio con una elegancia atemporal. El W124 también es recordado por las unidades E500 con motor V8 que eran ensambladas íntegramente en la fábrica de Porsche por un acuerdo entre ambas empresas. – ver también –
Si el 190 W201 fue el modelo más importante en la carrera de Sacco, el roadster SL R129 fue el más perfecto según sus propias palabras, aunque su favorito es la coupé SEC R126. Contrariamente con el único coche que no está del todo satisfecho es con el Clase S W140, un modelo que apostaba por un nivel de calidad y confort supremo para la época para lo cual los ingenieros decidieron elevar la altura total de la cabina hasta 1,5m para ofrecer la máxima habitabilidad posible, pero ello conllevó a que las proporciones no fueran tan armónicas como esperaba el equipo de Sacco puesto que le sobraban 10cm en la altura del techo.
En los siguientes años el célebre diseñador italiano siguió dibujando modelos emblemáticos de Mercedes-Benz como los SLK y CLK hasta que se retiró en 1999, marcando el camino a seguir para sus sucesores. Sin embargo, el año 2001 volvió a la mesa de dibujo como asesor de diseño del fabricante de griferías Hansa, con sede en Sttutgart. Respecto a su cambio de rol en la industria declaró “diseñar una grifería equivale a diseñar un detalle del habitáculo. En lo pequeño debemos intentar despertar emociones; en un automóvil grande esto es más fácil”.
Textos: © Fabián Matías Rossi para TargaSport
Fotos: © Unknown
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