Los amantes de los coches conocemos muy bien la historia de la rivalidad entre Ford Motor Company y Ferrari S.p.A. generada a partir de la malograda venta de la compañía de Il Cavallino Rampante a la firma americana. Henry Ford II juró vengarse de los italianos derrotándolos en Le Mans y para ese objetivo se acudieron a la ayuda del constructor inglés Lola Cars repitiendo la exitosa fórmula utilizada años antes con los Cobra producidos conjuntamente por el fabricante británico AC a los que luego se les colocaban potentes V8 Ford en el taller de Shelby en los EEUU. Los Ford GT40 y los Cobra Daytona vencieron a Ferrari en las pistas y se convirtieron en coches legendarios, pero lo que pocos recuerdan es que esa rivalidad estuvo a punto de tener un segundo capítulo varios años después con el proyecto GN34.
Los Ford Maya
A principios de los ´80s en Ford estaban decididos a crear un deportivo con motor central para enfrentar a los grandes constructores europeos. En el Salón de Turín de 1982 el estudio Ghia presenta el concept Brezza basado en el Ford EXP, un modelo que contó con la peculiaridad de haber sido el primer automóvil diseñado íntegramente por una mujer, la italiana Marilena Corvasce quien concibió una silueta muy aerodinámica con un cx=0,30 destacándose por sus formas limpias y las ruedas traseras carenadas – ver también – . Posteriormente en el Salón de Turín de 1984 se presenta el Ford Maya un concept car creado por Italdesign con carrocería targa de dos plazas, un modelo que tenía muchas similitudes estéticas con el Lotus Etna presentado por el mismo estudio de diseño ese mismo año, algo bastante habitual en la historia de los grandes carroceros italianos. En el caso del Maya se montó un impulsor Vulcan V6 con una caja de velocidades de 5 marchas que llevaba la tracción a las ruedas traseras. Mientras que la carrocería contaba con un optimizado cx=0,28.
Motores SHO
Paralelamente Ford llegó a un acuerdo con Yamaha para realizar una evolución del poco refinado y obsoleto V6 Vulcan de 3 litros y 143HP que posteriormente pasaría a transformarse en el legendario impulsor V6 SHO “Super High Output“.
La planta motriz desarrollada por los japoneses se puso a prueba en un Ford EXP modificado con la mecánica en posición central puesto que se trataba de una mula que formaba parte de los ensayos del proyecto Ford GN34. Los ingenieros nipones mantuvieron el diámetro, la carrera y el ángulo de 60º del V6 Vulcan pero trabajaron reforzando el bloque utilizando materiales forjados y diseñando una nueva tapa de cilindros que se caracterizaba por tener un sistema de admisión doble que era una verdadera obra de arte tanto por su bellísimo aspecto como por su eficaz funcionamiento. A bajas rpm se utilizaban los conductos de mayor longitud para aumentar la entrega de par, mientras que a partir de las 3.950rpm las válvulas de mariposa utilizaban los conductos más cortos para alcanzar mayor potencia. De esa forma en Yamaha incrementaron el rendimiento hasta los 220HP @ 6.200 rpm, sin embargo el motor alcanzaba las 7.300rpm, pero quizá lo más interesante hayan sido los dos picos de par a 2.700rpm y 4.500rpm transformando al vetusto motor Ford en una de las mejores mecánicas de su generación alcanzando una potencia similar al V8 de 5 litros que montaba el Mustang Fox.
En 1985 se presenta el Ford Maya II ES con importantes modificaciones estéticas a pedido de la compañía con una evidente inspiración en los modelos de Il Cavallino Rampante incluyendo la inconfundible pintura roja, aunque posteriormente el modelo fue repintado en color gris. Meses más tarde se presenta el Maya II EM con diferencias en el estilo para otorgarle mayor personalidad siendo más cercano a la producción utilizando un impulsor SHO V6 de doble turbocompresor y 300HP. En un principio el acuerdo entre Ford e Italdesign – ver también – contemplaba la construcción de 12.000 unidades anuales, pero finalmente los prototipos fueron descartados.
Ford queriendo reflotar “Cobra”
El proyecto siguió delante de la mano de la mano de Chausson, Ghia y la división de vehículos especiales de Ford, SVO. Así las cosas, en 1986 se presenta el Cobra 230 M, otro coche conceptual con diseño del estudio francés Chausson que insinuaba las líneas definitivas del Ford GN34 de producción, aunque hay quienes sostienen que se trataba de un proyecto paralelo con motor de 4 cilindros turboalimentado de 2.5 litros, situación que confirma la obsesión de la marca del óvalo azul con los deportivos de motor central. Seguidamente se decidió dejar el diseño en manos de Ghia que por aquel entonces se habían encargado de dibujar la estilizada silueta del legendario RS200 de Grupo B de Rally, como así también del poco recordado Ford GT70 creado para rivalizar con el Lancia Stratos a principios de los 70s, sendos vehículos de motor central.
En este caso el estudio italiano tomo de base un De Tomaso Pantera GTS aprovechando que el constructor argentino radicado en Italia tenía un acuerdo comercial con Ford para el suministro de los motores Cleveland V8 de 351 pulgadas cúbicas (5.752cc) y la red de concesionarios Mercury en los EEUU. Si bien el styling era nuevo había ciertos detalles de la carrocería que delataban la plataforma Pantera en la parte del techo, los faros escamoteables delanteros o incluso las luces traseras de Alfa Romeo 2000 Berlina también utilizadas por De Tomaso (sin mencionar que otros deportivos como la Maserati Bora o el Bricklin SV1 montaban esas mismas ópticas traseras). Solo se construyeron dos prototipos de este modelo para ser utilizados como mula, la unidad en color negro conservaba el motor Cleveland y la caja ZF del Pantera, mientras que la roja montó un impulsor SHO V6 llevado a 3.6 litros con 280HP equipado con tracción integral, posiblemente proveniente del RS200.
El proyecto también incluyó el desarrollo de una transmisión automática por parte de los especialistas de Getrag, sin embargo, las cosas cambiaron imprevistamente cuando la parte financiera de la empresa decidió archivar el proyecto para invertir en un vehículo más rentable prefiriendo crear una variante de 4 puertas de la Bronco, la exitosa Ford Explorer. Actualmente los dos prototipos Ford GN34 mencionados se encuentran en la colección privada de Jack Roust en los EEUU.
Posteriormente el impulsor “Super High Output” desarrollado por Yamaha se montó en un sedán de altas prestaciones, el legendario Taurus SHO de 1989. Un modelo que en sus días fue la respuesta americana a los BMW M5, Mercedes 190 Evolution y el Lancia Thema 8-32 con motor Ferrari 308 – ver también -, pero a diferencia de los productos del viejo continente el auto de Ford era un modelo accesible que apuntaba a un público generalista. La prensa especializada fue muy elogiosa con las prestaciones y el rendimiento general de la mecánica como así también por la puesta a punto del chasis que había sido retocado pertinentemente para esta versión.
El motor SHO fue ganando reconocimientos y popularidad entre los constructores de vehículos artesanales quienes valoraban su gran rendimiento como así también su bellísimo aspecto en el vano motor. La misma Ford intentó crear una línea de productos “SHO” presentando prototipos de Ranger – ver también – y Windstar que finalmente no llegaron a producción. Sin embargo, la variante más destacable fue probablemente el Ford SHOgun, un pequeño Festiva con motor central construido por Chuck Beck en cantidades limitadas del cual hablaremos en un próximo artículo.
Textos: © Fabián Matías Rossi para TargaSport
Fotos: ©Unknown
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